Burocracia disfrazada de agilismo
El verdadero costo de las reuniones crónicas (y del juego de las sillas)

Lo confieso, me pasó varias veces, pero especialmente recuerdo un día que salí muy frustrada de una reunión.
No porque hubiera conflicto, ni siquiera porque fuera particularmente larga.
Lo que me desarmó fue darme cuenta de que éramos ocho personas durante dos horas, hablando de un tema que no terminó en ninguna decisión ni plan de acción claro.
Cuando llegué a casa, en un acto casi catártico, saqué la calculadora y sumé el valor hora de cada persona.
¿Resultado? Más de USD 1000 en salarios, y sumando los costos intangibles: deterioro de la cultura organizacional, desmotivación, pérdida de energía y compromiso… para una reunión que no generó ni escaso valor para la compañía.
Y lo más paradójico: en esa misma reunión alguien sugirió renovar el mobiliario y las sillas, buscando un proveedor “nuevo para ahorrar”, mientras otros discutían quién debía sentarse más cerca del CEO. 🙆
¡Un auténtico juego de las sillas disfrazado de gestión!
Me quedé pensando: ¿cuántas reuniones así toleramos, semana tras semana, sin darnos cuenta del verdadero costo y del valor real que aportan al negocio?